25 mil presencian Viacrucis en La Cañada.
Saldo blanco reporto PC.
Vienes 25 de mazo; La Cañada, El Marques, Querétaro, Qro.
En punto de las 14:50 hrs. de la tarde, el sol se oculto entre las nueves que rodearon al cerro del Bautisterio, en La Cañada Municipio de El Marques, el viento soplo y un torbellino de polvo envolvió la cima del cerro, como un presagio de lo que estaba a punto de pasar, tratando de alejar a la muchedumbre, como tratando evitar una tragedia.
Fue entonces que los soldados romanos levantaron las cruces de los ladrones Dimas y Gestas que fueron crucificados uno a cada lado de Jesús.
Un ruido calla el murmuro de los asistentes, es un martillo que avisa que el hijo de dios está siendo clavado en la cruz, cansado de caminar por 2 kilómetros desde la Plaza de San Pedro, y de haber caído en tres ocasiones, el rostro del Nazareno muestra los signos de fatiga, pero consciente del destino que deberá enfrentar, logra soportar el dolor del levantamiento de la cruz que rasga las heridas de los clavos, al quedar en lo alto del la cruz, se escuchan algunos llantos y reclamos, la asamblea no puede creer, el dolor que hacen pasar a su salvador, al hijo de dios.
«…tu si eres hijo de dios y haces milagros, sálvate y sálvanos a nosotros…», un reclamo que acalla las voces, es Gestas, uno de los ladrones que enfrenta al hijo de dios, por la sentencia que les fue dictado.
Antes de continuar con el reclamo, Dimas relama a Gestas, «…cállate, nosotros justamente recibimos el castigo, pero el ningún mal ha hecho para que lo condenen de esta manera, señor acuérdate de mi cuando estés en tu reino…».
Jesús fiel a su personalidad alivia el dolor de Dimas «…yo te juro que vas a estar con migo en el reino de mi padre…», tras un suspiro voltea los ojos a María, quien es consolada por el apóstol Juan «…madre ahí tienes a tu hijo…», para después acentar a decir al apóstol Juan, «…hijo he ahí a tu madre, …».
En ese momento se abre el cielo y la luz cubre el cerro del Bautisterio, entonces Jesús a punto de desfallecer, dejando caer el peso de su cuerpo sobre los clavos de la cruz y lanza un fuerte llamado, «…dios mío, dios mío, padre porque me has abandonado…, todo está consumado…».
Es el ultimo dialogo que lanza Juan Manuel Rangel Avendaño, quien por segundo año personifico a Jesús en el Viacrucis Viviente, que con una historia de 151 años y 54 de manera ininterrumpidas llevan a cabo el cuadro de actores de Tribunales de Jesús.
En esta edición de la que es la segunda representación del viacrucis viviente más importante del país, solo después de Iztapalapa, congrego a 25 mil espectadores, con un reporte de saldo blanco.
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