- Cero tolerancias a casas de empeño.
- Negocios con prácticas abusivas en perjuicio del consumidor.
- centros de compra y venta de mercancia robada.
Las casas de empeño se han convertido en un negocio para unos y en una desgracia para otros, estos establecimientos comerciales proliferan y aparecen con mayor frecuencia pro toda la ciudad, una herramienta que podría ser una buena opción para ayudar a la economía de las personas que no administran bien sus ingresos, que consiste en empeñar una prenda de valor por una cantidad y recuperarla en un futuro, suena bien, sin embargo en la realidad no sucede así; el delegado de la Procuraduría Federal del Consumidor (PROFECO) Alfredo Lugo Oñate, señalo que son muchas las prácticas abusivas en perjuicio de los picnorantes o prendatarios que acuden a estos establecimientos en una desesperación por salir del paso de problemas financieros; “…los intereses como no estaba normado en la ley estaban sujetos a libre mercado, cada quien decidía cuántos intereses cobraban, no se les aclaraba al consumidor la tasa anual, ni el porcentaje de intereses, si por ejemplo se dice es del 6% no se aclara si este es anual, mensual o al día…(sic)… se hacen cuentas impagables, un porcentaje del valor del producto se pierde como un criterio del valuación de producto que siempre está muy por debajo del costo, por un lado el ingreso por intereses a la venta del producto que esta por las nueves y luego lo vendo en mil ahí se da el negocio…”.
Con prácticas en perjuicio del consumidor, las casa de empeño operaban al marguen de la ley, sin que autoridad alguna los normara, por eso se tienen prácticas que atentan contra la economía del picnorante, con valuaciones de la mercancía a costos muy inferiores, con tasas de interés impagables, que lo único que buscan es que las ganancias se multipliquen incluso al 300% de lo prestado y que el cliente deje el valor, para así comercializarlo a un valor que triplica el préstamo, un doble negocio no lo cree. “…hay tres principales motivos, en los contratos no les aclaran al cliente si el importe intereses es anual o por día, la otra no llenan los espacios de los contratos, los datos del consumidor en cada contrato no existen y entonces cuando el cliente quiere sacar su prenda lo perdieron, pierden su prenda”.
Hablar de las casas de empeño resulta desmembrar una serie de prácticas abusivas, que incluso tiene su origen en la compra de productos robados, ya que estas no piden factura a quien acude a empeñar las prendas, lo que hace fácil la venta de mercancía robada, además de no contar con seguro para responder y dar garantía de los bienes que dejan los clientes, por ejemplo en un incendio se perdería todo y nadie respondería a favor del picnorante; “las casas de empeño cuando llega una persona a dejar una prenda no piden factura, luego entonces muchos productos son robados…(sic)…Que pasa por ejemplo si una casa de empeño se enciende se pierde no se hacen responsable, quien va perder? el consumidor”.
Ante estas prácticas abusivas y la reforma a la ley del consumidor, la PROFECO hoy tiene mayor facultades y las casas de empeño de registrase ante esta instancia, se podrá normar la operación de estos establecimientos comerciales, por lo que se inició un operativo de verificación y vigilancia para advertir a las casas de empeño y en una segunda visita imponer las sanciones, todo el peso de la ley a estos agiotistas; “…en una segunda visita después de que se dio ese tiempo y si no cumplieron con ese compromiso la PROFECO entra a la sanción…”.
En Querétaro se estima según la asociación de casas de empeño, hay 300 casas de empeño, con 15 dueños, solo dos están registradas ante la PROFECO, de las cuales se han recibido 23 quejas por parte del consumidor por prácticas abusivas, han sido verificadas 35 y una clausurada, esta es la realidad de las casas de empeño en Querétaro.