Algunos de los síntomas son: temblor en las manos o pies, problemas al caminar y en la postura, pérdida del olfato, entre otros
El tratamiento no cura la enfermedad pero sí limita los síntomas, con lo que el paciente puede tener una buena calidad de vida
El Parkinson es una enfermedad neurodegenerativa que afecta la motricidad de quien la padece, esto se debe a que las células nerviosas dejan de producir una sustancia neurotransmisora llamada dopamina, la cual está relacionada con el movimiento; por tal motivo, la calidad de vida de los pacientes con este padecimiento se ve afectada hasta el punto de ser incapacitante si no se trata oportunamente.
Existen varias causas que originan esta enfermedad, sin embargo la edad y la carga genética, juegan un papel muy importante en el desarrollo de la misma, pues se tiene conocimiento de que entre el 15 y 20 por ciento de los pacientes con Parkison, tienen familiares con este mismo padecimiento, informó la doctora Susana Gallardo Vidal, coordinadora clínica de educación e investigación de la Unidad de Medicina Familiar (UMF) No. 13, del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Querétaro.
El Parkinson, al ser una enfermedad degenerativa, afecta la calidad de vida de las personas que la padecen, pues empiezan a presentar ciertos síntomas que repercuten en las actividades de su vida cotidiana, como: movimientos involuntarios en sus extremidades, pérdida del equilibrio, bradicinesia al caminar —lentitud de los movimientos voluntarios—, problemas de postura, rigidez, así como alteraciones autonómicas, entre las cuales están la incontinencia urinaria, estreñimiento o diarrea, problemas cardiovasculares, trastornos del sueño y pérdida del olfato.
“Generalmente el temblor empieza en las manos o los pies, y se da cuando la persona está en reposo, una vez que está en activo, el movimiento involuntario cesa; además, es muy común que presenten problemas durante la marcha y en la postura, lo que puede ocasionar caídas, que pueden terminar en fracturas de consideración, si se toma en cuenta que la mayoría de los pacientes son geriátricos”, comentó la doctora Gallardo Vidal.
Es importante señalar que cada paciente es diferente y no hay uno que presente todas estas características, pero el tratamiento sí, el cual es a base de levodopa que se combina con la carbidopa, para contrarrestar los efectos secundarios de la primera; “este tratamiento no limita el daño o lo previene, sino que está relacionado con disminuir los síntomas con el fin de que la persona pueda llevar una vida normal”, agregó la doctora Susana Gallardo.
Finalmente, el IMSS exhorta a la población a acudir al médico a una valoración oportuna, así como un estricto apego al tratamiento para que este padecimiento no sea incapacitante y el paciente pueda llevar a cabo las actividades básicas de la vida diaria como abrocharse un botón, comer, tomar un baño, entre otras.