Hasta un 30% de los pacientes diabéticos desarrollan problemas renales.
La dieta es un factor importante en la prevención de complicaciones.
Hasta un 30 % de los pacientes que sufren diabetes llegan a desarrollar un daño renal, por lo que deben llevar un estricto control médico, además de una dieta baja en sales, grasas de origen animal y comidas hipercalóricas, a fin de no complicar la falla en el riñón que deteriora notablemente la calidad de vida, de tal forma que en etapas avanzadas solo se considera un trasplante.
“Se estima que 60 por ciento de los casos de insuficiencia renal crónica son consecuencia de una diabetes mellitus que no se le dio la atención adecuada, mientras que el resto de los casos son por infecciones o mal formaciones en el riñón”, así lo informó el doctor Alberto González Gómez, urólogo del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Querétaro.
La principal medida preventiva contra las complicaciones renales es que los pacientes diabéticos deben de llevar de forma adecuada un tratamiento medicamentoso y dietético que le prescribe su médico familiar, así como la visita periódica para realizarse estudios de laboratorio, a fin de valorar los niveles de glucosa en sangre y la función renal, de manera que se atienda oportunamente cualquier alteración.
“Este padecimiento en sus inicios es completamente silencioso, al igual que la nefropatía diabética, por lo que en la mayoría de los casos se detecta en etapas avanzadas, incluso cuando ya se padece la insuficiencia renal crónica”, señaló el doctor Alberto González.
La dieta es un factor muy importante para prevenir alteraciones en la función del riñón, por lo que se recomienda que el diabético no consuma más sal de que la que ya contienen los alimentos, además, que evite ingerir embutidos o comida enlatada, ya que tienen altas concentraciones de potasio.
El especialista explicó que el riesgo de sufrir alteraciones renales se incrementa aún más, si el diabético también padece de hipertensión arterial o si los padres padecieron o padecen diabetes o nefropatía. “Se considera que la diabetes mellitus daña diversos órganos y tejidos; en el riñón se inicia una hiperfiltración de plasma y proteínas, lo cual provoca que este órgano trabaje a marchas forzadas hasta que pierde totalmente su función”, afirmó González Gómez.
Por lo anterior, el IMSS exhorta a la población derechohabiente para que acuda de manera cotidiana a su Unidad de Medicina Familiar de adscripción para llevar un control médico y realizarse estudios que descarten la presencia de la diabetes, la cual se ha convertido en una enfermedad de alto costo para la sociedad.