José Antonio González Fernández, titular de la Comisión Nacional de Ética del Partido Revolucionario Institucional (PRI), en reunión con integrantes del Comité Directivo Estatal (CDE) en Querétaro, dijo que en la XXII Asamblea Nacional el Partido aprobó el Código de Ética Partidaria, instrumento que contiene una serie de principios y valores que obligan a sus militantes y simpatizantes a conducirse con honestidad, lealtad, imparcialidad, transparencia, congruencia y responsabilidad en el desempeño de las tareas partidistas y responsabilidades públicas.
Las comisiones de Ética a nivel federal y estatal sin mecanismos idóneos para difundir y socializar estos preceptos éticos y actuar en forma oportuna y contundente, en caso de que se violenten.
González Fernández puntualizó que la gran mayoría de los priistas son honorables, se dedican a trabajar, lo mismo en servicio público que en privado, o como pequeños empresarios o asalariados que viven al día, pero su ingreso proviene de un trabajo intachable y honesto.
Al titular de la Comisión Nacional de Ética lo acompañan mujeres y hombres de limpia trayectoria, y se encuentra en Querétaro para trabajar de la mano con integrantes de esta Comisión, quienes han asumido la difícil responsabilidad de erigirse como la conciencia del partido aquí, en Querétaro.
Agregó: “Recordando que la conciencia es algo con lo que no se puede negociar con nuestra conciencia, nos perdemos. El día que empecemos a negociar con nuestra conciencia empecemos a transigir y a construir grados de libertad, perdemos brújula moral y ética”, como lo expusiera el candidato presidencial José Antonio Meade Kuribreña.
El cumplimiento del Código de Ética no es potestativo y su aplicación no será discrecional. En palabras de González Fernández “estamos dispuestos a dar la batalla contra la corrupción desde adentro, desde nuestras filas, con candidatos intachables que estén dispuestos a rendir cuentas en búsqueda de la transparencia, que siguiendo el ejemplo de Meade presenten sus declaraciones patrimoniales, fiscales y de no conflicto de intereses, que en caso de haber desempeñado un cargo en la administración pública acrediten que lo concluyeron honorablemente y que estén dispuestos a someter su probidad y honorabilidad a prueba.
No hay duda de que este proceso electoral constituye un gran reto para el PRI; para sobrepasarlo se requiere de su fortaleza doctrinaria, de su compromiso con la legalidad, de su identificación con postulados constitucionales, de la riqueza de su Declaración de Principios, del realismo de de su Programa de Acción, de su compromiso con la democracia y su comprobada vocación por la justicia social, echando mano de sus mejores hombres y mujeres, de los que no están marcados por el fierro de la corrupción, de los negocios al amparo del poder público o de las complicidades inconfesables por sus contenidos inadmisibles.
Con el Código de Ética y sus comisiones Nacional y Estatales, el PRI reafirma su compromiso de integridad con las y los mexicanos, para mejorar la conducta individual y fortalecer el principio fundamental de la justicia social. Por eso mantendremos la voluntad de prevenir, detectar, sancionar y erradicar prácticas dañinas en el desempeño de cargos públicos y en las actividades relacionadas con los miembros del Tricolor, en congruencia con la exigencia ciudadana de frenar corrupción y mejorar el servicio público.
González Fernández finalizó diciendo: “Por lo que a nuestro deber toca, hemos estado muy atentos al mensaje de José Antonio Meade, nuestro candidato, sabemos de su profunda convicción de dar una batalla frontal en contra de la corrupción y la impunidad, de impulsar u proceso de renovación en todos los ámbitos. Que nuestra gran patria se vuelva a sentir orgullosa de sus gobernantes, de sus profesionistas, de sus empresarios y de forjar un futuro digno de ser vivido por las nuevas generaciones”.
En la reunión estuvieron presentes el Presidente del CDE, Juan José Ruiz Rodríguez, así como integrantes del Comité Estatal de Ética.