Estudiantes de la Facultad de Ciencias Naturales de la UAQ experimentan con esta hierba mexicana como método de prevención y control de las células cancerígenas.
Alumnos del tercer semestre del Doctorado en Ciencias Biológicas, de la Facultad de Ciencias Naturales (FCN) de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) investigan los efectos que tiene la hoja de chaya en infusión, sobre el cáncer de colon.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Salud Pública, el cáncer de colon ocupó el cuarto lugar en los tipos más frecuentes de esta enfermedad en México y el mundo; ocasionando más de 700 mil muertes en 2015.
A raíz de la incidencia de esta enfermedad, los Maestros en Nutrición, Aarón Kuri García y Rosa Iris Godínez Santillán, bajo la dirección del Dr. Jorge Luis Chávez Servín, adscritos a la FCN, iniciaron desde hace año y medio un estudio para analizar la acción de los componentes químicos de la hoja de chaya como un método de prevención, pero también de disminución y contención de las células cancerígenas.
“La hoja de chaya se utilizó como un método para combatir la desnutrición, sobre todo en las zonas rurales, por el alto contenido de proteínas, calcio, vitamina C y hierro; también se ha visto que tiene efectos antidiabéticos, y es muy usada para prevenir enfermedades cardiovasculares, pero no se ha visto nada sobre cáncer; entonces nosotros trabajamos con cáncer de colon aquí en el laboratorio, in vitro para conocer los mecanismos con los que funciona, e in vivo para ver los efectos de la infusión en ratas inducidas con esta enfermedad”, señaló el Mtro. Kuri García.
El universitario señaló que en primera instancia les interesó estudiar a la chaya por su origen mexicano.
“Antes se conocía como espinaca maya, fue el principal alimento de la cultura maya, y al momento de la conquista se dejó de consumir por cuestiones de hechicería y prejuicios. A los españoles les dio miedo los efectos que tenía sobre algunos animales, dado que en crudo tiene cierto efecto tóxico, pues contiene cianuro”, explicó Kuri, quien apuntó que sin embargo, su investigación y la de Rosa Iris Godínez ha arrojado como primer resultado que hirviendo cinco minutos la hoja de la chaya se logra eliminar su toxicidad sin perder las propiedades.
“Para evitar el sesgo con este tóxico -que es un glucósido cianogénico, o sea una glucosa, unido a una cetona, unida a un ácido cianhídrico- hervimos la hoja de chaya cinco minutos; se ha visto en la literatura y está descrito que así eliminamos cualquier residuo del ácido cianhídrico en el compuesto sin perder la proporción de los compuestos fitoquímicos que son los de nuestro interés, o sea sin perder sus propiedades. Mucha gente lo hierve 20 minutos, y ahí si se pierde gran parte de los compuestos”, enfatizó el universitario.
Aarón Kuri manifestó que el objetivo general de esta investigación –financiada con el Fondo de Proyectos Especiales de Rectoría (FOPER)- es dar a conocer alimentos tradicionales mexicanos con propiedades benéficas hacia la salud.
“No es nada más atender la cuestión herbolaria, sino voltear a ver de nuevo a las plantas, que como infusiones tienen muchas propiedades; la gente ha perdido ese toque y se va más a la farmacéutica y quiere compuestos puros, aislados como pastillas. Pudiendo prevenir y tratar con un té. De hecho son alimentos funcionales que aparte de brindar los nutrimentos esenciales, contienen compuestos que tienen beneficios a la salud como los fitoquímicos a los que estamos apostando que van a tener algún tipo de beneficio sobre el cáncer”.
Aunque todavía falta desarrollar a mayor profundidad los experimentos in vivo; Kuri García indicó que hay un resultado positivo en la reducción de células cancerígenas que reciben un tratamiento de infusiones de hoja de chaya.